
Consideraciones para los fabricantes de metal que añaden servicios de impresión 3D
El ingeniero Volkmann ofrece orientación sobre la seguridad y la eficiencia del polvo metálico
Bristol, Pensilvania: Los fabricantes de metales que estén pensando en invertir en equipos de impresión 3D quizá se sorprendan al descubrir que expandirse a la fabricación aditiva no es tan sencillo como ampliar la gama de servicios con una nueva máquina de corte por láser, según David Nichols, vicepresidente de ventas y marketing de Volkmann USA, fabricante de equipos de transporte de polvo metálico con sede en Bristol, Pensilvania (https://www.volkmannusa.com). Nichols ofrece las siguientes consideraciones a los fabricantes de metales interesados en ofrecer servicios de impresión 3D:
La fabricación aditiva invierte el mecanizado sustractivo
La fabricación aditiva de metales implica un conjunto de maquinaria y equipos completamente diferente al de la metalurgia sustractiva tradicional y conlleva riesgos de seguridad específicos. En lugar de eliminar material mediante mecanizado y corte, la fabricación aditiva parte de finos polvos metálicos y los deposita en capas hasta formar una pieza sólida. Dado que muchos fabricantes carecen de experiencia en el trabajo con polvos a granel, es posible que tampoco conozcan los peligros inherentes a este proceso.
Polvos metálicos: tóxicos y explosivos
Los polvos metálicos como el cobalto, el tungsteno, el aluminio, el cobre y otros que se utilizan habitualmente en la impresión 3D son tóxicos en diversos grados y se muelen hasta obtener partículas muy finas que no deben inhalarse. Estos polvos también son inflamables y están clasificados como combustibles por la NFPA. Cada paso del proceso de impresión 3D conlleva riesgos de derrame de polvo y exposición de los trabajadores, que deben abordarse con antelación para evitar lesiones graves, enfermedades y/o explosiones catastróficas.
El papel de la automatización
Ahora que la industria ha comenzado a madurar, existe una serie de soluciones automatizadas para la manipulación de polvos metálicos que permiten abordar los riesgos de seguridad, mejorar la eficiencia y proteger la pureza del polvo para obtener una calidad constante de las piezas. Por ejemplo, un sistema sellado de circuito cerrado desarrollado por Volkmann en colaboración con BMW Group y GKN Additive transfiere automáticamente los polvos metálicos desde el almacén a la impresora a través de tuberías cerradas, extrae el exceso de polvo de la impresora, lo tamiza y lo prepara para su reciclaje y reutilización. También se ofrece la retirada automatizada de piezas. Este sistema ha obtenido la certificación ATEX como sistema antideflagrante, elimina el riesgo de exposición a sustancias tóxicas y permite que el sistema de impresión 3D funcione sin necesidad de una sala o instalación separada.